Siendo breve y honesto, yo fui, vi, pegué un cartel... y ya. A la semana derruyeron el sitio, así que mi participación debió de pasar poco menos que desapercibida en el mundo de los muros decorados. En fin, ¡fue mi aportación al arte efímero! Oh! Oh!
Esta era la cabeza de patata que me gastaba por aquellos días. Creo que fue en marzo del año pasado... ¡Probablemente la última vez que vi unas tijeras de peluquero!
(El muro de las lamentaciones)
El caso es que Alberto, un compañero de clase, me propuso ir el día de la fiesta y pegar unos ploter en algún muro para aprovechar los últimos momentos de la Fábrica. Nos pusimos al lío junto con Loreto Keón (jeje). Ahí se pueden ver mis cosas, a color, pegadas un poco rollo PP (entre el centro y centro-derecha) a la izq. arriba parte de lo que hizo Alberto y a la izq. abajo las cosas de Loreto. El resto de carteles eran de colegas de Alberto, aunque los pusimos también nosotros. Fue lo más cerca del autor del Pato que he estado nunca!
El proceso de creación fue turbio y purulento! (bueno, not really): usé edding ULTRA GORDO para hacer los contornos y luego lo coloreé in situ a base de acrílicos. Teresa colaboró haciendo la mosca que atrapa el... ejem... camaleon?
Aquí Alberto, Loreto y yo representados por nuestros dibujitos.
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