lunes, 14 de mayo de 2012

El nene economista

Ejemplo perfecto de cómo el plantemiento inicial puede ser una chufa: esta ilustración, para el artículo "Ganar confianza, ¿sin saber sumar?" a mí me parecía un poco forzada, pero tampoco me parecía mala. El símbolo del euro estaba mal, pero la mandé sin modificar para que me indicaran si había fallos serios.

Los había:
1- incompatibilidad de estilos: lo sé, es EVIDENTE, pero cuando uno se pone a hacerlo, no tiene la vista entrenada, no le preocupa demasiado eso y le mola la tosquedad, pues a veces se le pasan cosas por alto. Tener dos elementos tridimensionales con un niño de tinta plana y encima la caja con unas texturazas de madera pixelada, fue una salvajada.

2- el color de fondo no era narrativo y no añadía nada a la imagen, así que había que aumentar el tamaño de los elementos y ocupar el máximo espacio posible (no se trata de un póster o un cuadro, aquí todo tiene que ser comunicativo y, además, para un formato pequeño, hay que ocupar todo el espacio posible para aumentar visibilidad.

EN FIN, con una serie de consideraciones que me hizo Luis Parejo, retomé la idea, mantuve al niño y al euro por falta de tiempo y me dediqué a que se entendiera más directamente la caja de juegos.

Habría que ver si se entiende la idea con el título solo o con el texto, pero básicamente, era una crítica directa a la reforma financiera del PP por NO USAR DINERO PÚBLICO (???) para rescatar a la banca. El autor ponía ejemplos de lo inviable de esta gestión y poco más, pero era un texto un poco denso.

El resultado final, que se mandó a imprimir pero al final no salió. Iba para el domingo 6 de mayo, pero se cayeron unas páginas y se fue a la mierder.

Igualmente, parece que eso pasa con más frecuencia de lo que se puede imaginar.
 

(Y esta es la versión que no salió)

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